viernes, 17 de abril de 2020

¿Y el pájaro voló?


Según dice por ahí, dijo Alejandro Jodorowsky:  El ave que nace en jaula cree que volar es una enfermedad”.


Y hoy se me da por citar. Dice el autor argentino César Isella en una de sus muy sentidas canciones: "Si es el dolor al fin quien nos iguala y la esperanza quien nos ilumina". En este vicio de versionar las canciones (como las comidas), solía cantar para mis adentros “es el amor al fin quien nos iguala y …..”, porque esto me resonaba más. Hoy, después de casi un mes de estricta cuarentena y de sentires que se desperezan y bostezan desconcertados, se levantan y se inclinan, se miran a veces sin reconocerse, me animo a decir que el dolor sí nos iguala, porque tu dolor es como el mío, y mi dolor es como el tuyo. El dolor es dolor. Aun así, no puedo 
evitar el pensamiento que le sigue: que si me quedo sola en el dolor y vos te quedás atrincherado en el tuyo, seremos dos pájaros tristes que no supieron 
lo que es volar. Entonces, avanzo un poco, tal vez trastabillando,  y algo me dice que si después de igualarnos en el dolor nos encontramos en el amor, nos igualaremos en un vuelo alto, altísimo, y nos tragaremos el cielo, como dice la canción, y podremos sentirnos fuertes como nunca antes. ¿Será? Pero ... ¿y qué es lo que mantiene al pájaro enjaulado?



(Cuarteto Zupay- Levántate y canta)






Claudia M. Monasterio


               

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