sábado, 21 de marzo de 2020

Que no lo olvide



Te debo un abrazo
hoy que no puedo.
Hoy que las reglas me imponen distancia.
Hoy que el planeta se tiende en el lecho
de muerte o de vida. Se impone elegir.

Te debo un abrazo
hoy que la plaza está clausurada.
La cinta en sus bancos me llora la ausencia
y yo quiero mi sol.
Entonces voy y lo busco y lo encuentro
en mi pequeño balcón. ¡Mi balcón
con su selva de sueños y amores lejanos!
El sol no está prohibido. Seamos el sol
hoy que los dados tiemblan.

Te debo un abrazo y quizá vos también,
pero hoy que la calesita se detuvo
y el adoquín de mi calle suplica presencia,
hoy estoy obligada a mirarte
para saber que me ves aunque no te toque.
Por eso hoy encuentro tus ojos
y ojalá encuentres los míos.


Cuando todo esto sea la pesadilla que terminó
el día en que el latido necesario y urgente
expulsó su voz,
ese día recordame, hermano, hermana,
darte el abrazo que te debo
y que jamás, por ningún motivo, olvide mirarte



Claudia M. Monasterio

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