viernes, 20 de marzo de 2020

Esa palabrita ...


Hace poco,  antes de que se desatara este virus planetario, se me empezó a presentar una palabra: COMPASIÓN. Una y otra vez. Se trata de una visita muy amorosa que es recibida por mí con certera aceptación y gozo. Me agradan estas visitas que me sorprenden con su buena nueva. Las espero, las anhelo, las agradezco. Y esta visita  me está trayendo algo especial, algo que, en principio, me ayuda a recordarme a mí misma. Recordar que estoy, que soy, que vivo, que mi ser me reclama.

En estos días, vienen a mi mente todas esas zonas del planeta donde hay una gran parte de la humanidad viviendo la devastación a causa de los bombardeos o, en muchos casos, debido a la opresión y represión de gobiernos salvajes, como ocurre en algunos países de África. Pienso en esos humanos, compañeros de globo terráqueo, que vibran todo el día y cada día de su vida al compás de la amenaza, preguntándose quizá cuándo me tocará a mí o cuándo terminará esta pesadilla o cómo seguiré soportando esto que  parece empeñado en no querer terminar jamás. Imagino a esos hombres, mujeres y niños, protegiéndose en el interior de sus casas (si es que todavía la tienen), imagino las calles desoladas, imagino unos desconfiando de otros tal vez, e imagino también la solidaridad, la mirada eternamente compasiva ante lo que parece irremediable.

Entonces, me resulta imposible no pensar que hoy nos encontramos todos inmersos en algo parecido, porque hoy parece no haber frontera que te proteja, porque hoy es posible que nos sintamos solos cuando estamos en nuestra casa, porque hoy nos pica el veneno de la incertidumbre, del qué va a pasar y hasta cuándo, porque hoy se nos sirve en bandeja lo efímero de todo eso que hemos entronizado.  Es entonces cuando la palabra globalización tiene significado para mí quizá por primera vez,  y es simplemente porque en estos momentos la palabra nosotros se hace mucho más grande.

BANKSY - girl-with-balloon
Entonces, yo le digo a esa señora hermosa que me viene visitando; no le digo, le suplico: Compasión, quedate cerca.


Claudia M. Monasterio

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

De la incoherencia a la cohesión: el año del lavarropas

Motivada por algunos hechos, me encontré un día pensando que la impunidad, sostenida en el tiempo, hace que la humanidad se estanque, simple...