La
que se venía
¿cómo
imaginarla?
Lo
inesperado
tirándote
la puerta abajo
amenazando
con alcanzarte
donde
quiera que te escondas.
La
perplejidad
la
duda ¿será cierto?
la
suspicacia
la
puta costumbre de buscar culpables.
¿Y
mientras tanto?
El
mientras tanto
dándose
a conocer
permitiéndote
el encuentro
enlenteciendo
tu película
una
cámara lenta
cada
vez más lenta
para
que la mires de frente
para
que observes los detalles
los
descubras
te descubras.
La
cámara lenta
y
el audio distorsionado
para
que no puedas escucharlo
te escuches.
Y
te atrevas a
meter
toda la mierda que te enfermaba
en
un crisol
donde
se transforme
donde
el fuego la haga mariposa
donde
la deshonestidad con
tu propia existencia
ya
no sobreviva.
La
mariposa …
El
mientrastanto
quitándote
el sueño
hasta
que te entregues al sueño
bancándote
la oruga
hasta
que te tiendas en
sus
alas de mariposa
y
duermas cien años
mil años
un
millón de años
de
dolores quebrantantes.
Y
despiertes al fin
con
el beso de tu alma aliviada
después
de la cuarentena cuaresma.
Y
nos veremos un día
distintos
cuando
saludar al vecino
sea
como saludar al ser amado.
Resurrección.
Claudia M. Monasterio
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