domingo, 23 de agosto de 2020

Esos" adultos mayores" ...

 Seré breve y directa, porque así me lo pide el alma. Estoy harta hasta lo indecible de ver cómo se considera a los adultos de aproximadamente más de setenta años como si fueran discapacitados que generan un importante gasto al Estado. Se los deja de llamar por su nombre o con el vocativo Señor, Señora, y empiezan a ser parte de la manada de jubilados y jubiladas, o "nuestros abuelos". ¿Perdón???? ¿Qué clase de dictamen es éste? ¿De qué manual de instrucciones  se ha extraído este modelo estigmatizante? Entiendo que en muchas ocasiones son ellos mismos quienes echan leña al fuego haciendo que la llama de la incapacidad se avive. Entiendo que haya un cansancio y una sensación de "ya no puedo con esto", pero ¡atención!, ¿qué tal si damos un volantazo y cambiamos la película?

¿De qué estás hablando?, me preguntás. Muy simple: ¿qué tal si en lugar de promover sus limitaciones (que en algunas cuestiones se va haciendo cierta, pero no en todas) incentivamos sus aportes? De la misma manera en que lo haríamos con un niño, o con un adolescente, o con un adulto joven: alentándolo. Veamos qué tenés allí, en tu trayectoria de vida, para enseñarme, para contarme, ahora que no te encontrás con la obligación de ir a trabajar. 

Está bien ofrecerles clases de gimnasia y de origami gratuitas, pero por favor seamos más generosos. Tengamos la decencia de ahondar en su interioridad y, de este modo, abrirles la puerta para que ellos y ellas también lo hagan. Nadie que haya vivido más de setenta años puede decir que no tiene nada que ofrecerle a un corazón humilde que se para frente a él o ella con las manos abiertas deseoso de recibir. Nadie que se encuentre de frente con un corazón abierto querrá negarse a abrir el propio y es muy probable que hasta se sorprenda de lo que todavía puede hacer. Es muy probable también que deje de quejarse y de hablar de todos los medicamentos que toma como si fuera ese su único tema de conversación.

Dos almas bondadosas que se encuentran pueden levantar el sistema inmunológico del mundo entero.




CLAUDIA M. MONASTERIO


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